Voces al viento

UNA PRECIOSA MAÑANA DE FEBRERO

Hacía una hermosa mañana de febrero, a solo dos días de San Valentín, el cumpleaños de mi persona favorita en el mundo.

Ambos disfrutábamos del mejor regalo que nos ofrece la conciencia universal, la energía, Dios, o como dice Fermín: “Algo hay”—un paisaje maravilloso.

El sol nos honraba con su presencia, más impetuoso de lo habitual para esta época del año. Jugaba con su amigo el mar, golpeando su superficie con destellos dorados.

Observaba a las personas tan afortunadas como nosotros, que se sumergían en esa paz. En el horizonte, antes de llegar a La Manga, varias embarcaciones parecían haber tomado la misma decisión:
    Esa mañana merecía vivirse al máximo.

Nos encontrábamos en una zona habilitada para mascotas, y al verlas jugar, me pregunté quién disfrutaba más:
   ¿Los animales o sus dueños?

¿Serían conscientes de la cantidad de salud y felicidad que les regalaban sus fieles compañeros de vida? Las risas, las carreras, la paz, la alegría pura… Cada visita a este paraíso era un bálsamo para el alma.

UN MOMENTO DE PLENITUD

Sobre el agua, miles de estrellas danzaban, como si fueran doradas, saltando a la superficie para saludar al sol.

(O como miles de fans en un concierto, saltando al unísono con sus móviles iluminando a su estrella).

Mi persona favorita cantaba, ajeno al mundo.

Era como si estuviéramos en un pequeño paraíso, un rincón fuera del tiempo.
    No había tráfico. No había estrés. No había conflictos políticos.

Solo personas felices con sus mascotas, sin más ambición que vivir ese instante al máximo.

Y me sentí plena.

Era parte del universo, y el universo era parte de mí.

UNA CONVERSACIÓN QUE ME DIO ESPERANZA

Respiraba el aire marino cuando, en el paseo, dos chicas pasaron delante del banco donde estábamos sentados.

Caminaban con energía, probablemente amigas.

Una llevaba una mochila con un logo divertido, ambas vestían ropa deportiva.

Como ocurre con todas las conversaciones que se escuchan en movimiento, solo capté una parte—pero fue suficiente para sorprenderme gratamente.

Una de ellas decía:
    "Le dije a mi pareja que estaba invalidando mis sentimientos."

La reacción de su amiga fue inmediata. Sonrió ampliamente, se giró y le chocó la palma de la mano.

Su rostro reflejaba orgullo puro.

PEQUEÑOS GRANDES TRIUNFOS

Mi alegría se sumó a la de la amiga.

Sentí el mismo orgullo por esta chica que había dado un paso hacia su amor propio.

Poner un límite nunca es fácil, especialmente con una persona importante en tu vida.
Si no le importara, no le afectaría en absoluto que su pareja invalidara sus sentimientos.

Seguía sentada en el banco cuando, al poco rato, las vi pasar de nuevo.

Era el momento perfecto para felicitarla.

Quería saber si su forma de expresarse tenía algo que ver con la psicología, o si, como sospechaba, el esfuerzo de los profesionales de la salud mental en redes sociales estaba dando frutos.

Me dejó claro que no era psicóloga, pero sí había ido a terapia.

Me sentí tan feliz por ella como si la hubiera acompañado durante todo el proceso.

EL MUNDO ESTÁ CAMBIANDO

El mundo está dando pasos agigantados hacia mentes más libres y sanas.

Cada vez caen más máscaras:
      De personas con trastorno narcisista.
      De quienes, sin ser narcisistas, son inmaduras emocionalmente.

No debemos olvidar que estas personas mutan.
Para su propia supervivencia, buscan la validación que necesitan en personas llenas, intentando tapar sus vacíos.

No sé si este era el caso de la chica.

Tal vez su novio solo era despistado.
Tal vez se negaba a escuchar una verdad que le dolía.
O quizás, simplemente, no lo consideraba importante.

Pero, para ella sí lo era.

     Y eso es lo que importa.

Si algo te duele, te pesa o te afecta, no debes callarlo para encajar en la comodidad de otro.

EL VERDADERO SIGNIFICADO DEL AMOR

Su novio debía tomarlo en cuenta y trabajar en ello, porque eso es amar.

     No son los regalos de San Valentín.
     No es la pasión que se desvanece con los años.
     No son las salidas caras.

Amar es comprender.
Es apoyar.
Es saber soltar cuando te das cuenta de que alguien te está invalidando.

Eso también es amor.
Amor propio.
Y también amor hacia la otra persona, porque tal vez encuentre a alguien dispuesto a tolerarlo.

SAN VALENTÍN: UN DÍA PARA CELEBRAR EL AMOR REAL

Observa a la persona que tienes al lado y pregúntate:

     "Si enfermara, subiera de peso, o desarrollara Alzheimer… ¿Permanecería a mi lado?"

No hagas trampas.
No te autoengañes.

Solo siendo sinceras con nosotras mismas, podemos ganar el verdadero juego.

Porque el premio es la felicidad real.

Para los buenos momentos, siempre hay gente.

EL UNIVERSO TE RECOMPENSA CUANDO DEJAS DE BUSCAR

📽️ ¿Has visto la película "Bajo el sol de la Toscana"?

Hay una leyenda preciosa que Fraces le cuenta a Katherine, cuando Kate está desesperada por Marcelo.

Ella desea tanto encontrar un compañero de vida que su misma energía los repele.

La leyenda dice que una niña salía todos los días al campo en busca de mariquitas, pero regresaba triste, porque nunca encontraba ninguna.

Su madre le decía:
     "Relájate, sucederá cuando tenga que suceder."

Un día, la niña se quedó dormida en el campo.

Al despertar, estaba cubierta de mariquitas.

Así sucede en la vida.

     Cuando dejas de buscar la felicidad, ella te encuentra a ti.

¿Adivinas qué encontré el Día de San Valentín?

¡Varias mariquitas! 🐞✨

Las vi en los bancos donde nos sentábamos.

Tomé una con una hoja y la dejé en una planta, para evitar que alguien sin querer la aplastara.

Y cuando me senté en otro banco…
     Otra más revoloteó y se posó sobre mi sombrero.

Tal vez le gustó.

     A veces, la vida te sorprende.

Te encuentras girando junto al mar más bonito del mundo, con una pequeña amiga pasajera, y atesoras esa experiencia en tu corazón, rogando no olvidarla jamás